Los servicios sólo se dan en el momento mismo de la fabricación y no se pueden almacenar o guardar. Por ejemplo, una peluquería vacía está perdiendo un dinero irrecuperable. Lo mismo pasa con un hotel, un restaurante, un billete de avión o un curso de formación.
El problema más grave respecto de este tema, es el que se genera cuando muchos clientes se presentan al mismo tiempo. Dado que en esas situaciones no se puede atender a todos con el mismo esmero, es muy posible que algunos queden descontentos y busquen cambiar de proveedor. Es importante entonces organizar estrategias para equilibrar la oferta y la demanda, con el fin de evitar tanto los picos de demanda como periodos en los cuales no hay ninguna, y la empresa debe pagar de cualquier manera por su local, personal, etcétera.
Para esto se pueden utilizar diversas técnicas, tales como la realización de promociones en los tiempos de baja demanda; por ejemplo, el martes de Domino’s Pizza de dos pizzas por el precio de una, la venta de abonos de presencia continua en eventos deportivos, la realización de campañas para atraer clientes que estén disponibles en días y horas especiales (los hoteles en temporada baja, ofrecen promociones muy atractivas).